Media docena de insecticidas están presentes en un maíz transgénico, sin evaluación científica. Científicos señalan que se hacen muy pocas evaluaciones científicas a los organismos modificados genéticamente i advierten que los organismos reguladores europeos como la EFSA están sometidas a los lobbies pro transgénicos.
Hace aproximadamente tres años la compañía biotecnológica Monsanto y Dow Chemical, una de las empresas químicas más grande del mundo, llegaban a un acuerdo de colaboración para desarrollar un maíz que incorpora hasta 8 genes distintos.
SmartStax. Este es el nombre que han puesto monsanto y dow agroSciences a su nuevo maíz OGM. Esta hierba de maíz posee una particularidad única en su especie: combina ocho genes modificados (2 herbicidas y 6 insecticidas).
Bueno pues, el maíz transgénico SmartStax fué aceptado por la Agencia de Protección Ambiental estadounidense y la Agencia de Inspección de Alimentos Canadiense en Julio de 2009, para que este producto transgénico pudiera comenzar a comercializarse un año después.
El problema de que fuera aceptado está en que en Canadá por ejemplo, la ACIA (Agencia Canadiense de Inspección de los Alimentos) concedió la autorización sin basarse en ninguna evidencia científica y el ministerio de salud canadiense no hizo ningún estudio sobre la evaluación de los impactos en la salud humana y animal ni en el medio ambiente.
Así la Ministra de Sanidad canadiense, Leona Aglagguk, respondiendo a las preguntas de las asociaciones, declaró que la autoridad sanitaria del país,…
“Sanidad de Canadá, cuenta con que los productores de semillas lleven a cabo estudios completos de sus variedades a fin de garantizar que no existe ningún efecto inesperado.”
Si con todas las que ha hecho Monsanto, todavía pensáis que alguien se puede fiar hasta ese punto…”Que investiguen las empresas”, es como poner al zorro a cuidar a las gallinas. Acordémonos de la hormona para el crecimiento bovino, afortunadamente prohibida en Europa, y como a pesar de los serios problemas que encontraron para la salud de los animales, Monsanto se empeño en decir que no eran de importancia, y con ayuda de los directivos que tienen entre Monsanto y la FDA, la agencia de alimentos y medicamentos estadounidense, consiguieron aprobarla. En aquel caso Canadá lo rechazó.
El siguiente paso era evidente, Monsanto y Dow Chemical intentarían introducir la nueva variedad de maíz en la Unión Europea y en el resto de países del mundo.
Y al parecer en Europa, el precepto de “que investiguen las empresas”, ha sido adoptado por la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), el organismo encargado de emitir dictámenes científicos sobre los organismos modificados genéticamente en Europa. Según TestBiotech, un Instituto de Munich independiente especializado en las biotecnologías, la EFSA ha expresado recientemente su opinión a favor de que el SmartStax salga al mercado tanto para la alimentación humana como para la animal. El problema: para hacerlo, la agencia no ha exigido a los productores ningún estudio científico. Sólo se limitó a dar acuse de recibo de un estudio de 42 días realizado en pollos, que permite evaluar la calidad nutricional del maíz, ¡pero de ningún modo los riesgos para la salud!.
¿Qué pasa en la EFSA?
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