PARA ACABAR CON EL MAÍZ TRANSGÉNICO:

1.- No consumas ningún maíz que no diga claramente que no es transgénico.
2.- Envía un correo al Ministerio de Medio Ambiente con este texto u otro similar: "QUIERO QUE SE PROHIBA EN ESPAÑA EL CULTIVO Y EL CONSUMO DE PRODUCTOS TRANSGÉNICOS, ADEMÁS DE QUE SE ESPECIFIQUE CLARAMENTE EN LOS ETIQUETADOS QUE PRODUCTOS SON TRANSGÉNICOS".
3.- Difunde este blog y cualquier noticia al respecto.
4.- Envía un correo a las principales productoras comunicándoles tu decisión (se facilitarán los correos).
5.- Envía un correo a las principales cadenas de supermercados (se facilitarán correos).
7.- Envía correo a los diferentes partidos comunicándoselo.
7.- Usa el boca a boca tradicional y las redes sociales.
8.- Infórmate.
7.- Aportando cada uno un granito no transgénico nos daremos cuenta de lo fácil que es. Está en nuestras manos.
¡VAMOS A ACABAR CON EL MAÍZ TRANSGÉNICO!
¡QUÉ NO LES QUEPA DUDA!


martes, 30 de noviembre de 2010

Maíz transgénico: ¿Te gusta el insecticida en tus ensaladas?

Media docena de insecticidas están presentes en un maíz transgénico, sin evaluación científica. Científicos señalan que se hacen muy pocas evaluaciones científicas a los organismos modificados genéticamente i advierten que los organismos reguladores europeos como la EFSA están sometidas a los lobbies pro transgénicos.
Hace aproximadamente tres años la compañía biotecnológica Monsanto y Dow Chemical, una de las empresas químicas más grande del mundo, llegaban a un acuerdo de colaboración para desarrollar un maíz que incorpora hasta 8 genes distintos.
SmartStax. Este es el nombre que han puesto monsanto y dow agroSciences a su nuevo maíz OGM. Esta hierba de maíz posee una particularidad única en su especie: combina ocho genes modificados (2 herbicidas y 6 insecticidas).
Bueno pues, el maíz transgénico SmartStax fué aceptado por la Agencia de Protección Ambiental estadounidense y la Agencia de Inspección de Alimentos Canadiense en Julio de 2009, para que este producto transgénico pudiera comenzar a comercializarse un año después.
El problema de que fuera aceptado está en que en Canadá por ejemplo, la ACIA (Agencia Canadiense de Inspección de los Alimentos) concedió la autorización sin basarse en ninguna evidencia científica y el ministerio de salud canadiense no hizo ningún estudio sobre la evaluación de los impactos en la salud humana y animal ni en el medio ambiente.
Así la Ministra de Sanidad canadiense, Leona Aglagguk, respondiendo a las preguntas de las asociaciones, declaró que la autoridad sanitaria del país,…
“Sanidad de Canadá, cuenta con que los productores de semillas lleven a cabo estudios completos de sus variedades a fin de garantizar que no existe ningún efecto inesperado.”
Si con todas las que ha hecho Monsanto, todavía pensáis que alguien se puede fiar hasta ese punto…”Que investiguen las empresas”, es como poner al zorro a cuidar a las gallinas. Acordémonos de la hormona para el crecimiento bovino, afortunadamente prohibida en Europa, y como a pesar de los serios problemas que encontraron para la salud de los animales, Monsanto se empeño en decir que no eran de importancia, y con ayuda de los directivos que tienen entre Monsanto y la FDA, la agencia de alimentos y medicamentos estadounidense, consiguieron aprobarla. En aquel caso Canadá lo rechazó.
El siguiente paso era evidente, Monsanto y Dow Chemical intentarían introducir la nueva variedad de maíz en la Unión Europea y en el resto de países del mundo.
Y al parecer en Europa, el precepto de “que investiguen las empresas”, ha sido adoptado por la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), el organismo encargado de emitir dictámenes científicos sobre los organismos modificados genéticamente en Europa. Según TestBiotech, un Instituto de Munich independiente especializado en las biotecnologías, la EFSA ha expresado recientemente su opinión a favor de que el SmartStax salga al mercado tanto para la alimentación humana como para la animal. El problema: para hacerlo, la agencia no ha exigido a los productores ningún estudio científico. Sólo se limitó a dar acuse de recibo de un estudio de 42 días realizado en pollos, que permite evaluar la calidad nutricional del maíz, ¡pero de ningún modo los riesgos para la salud!.
¿Qué pasa en la EFSA?

¿Y QUÉ PUEDO HACER YO?

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domingo, 28 de noviembre de 2010

Mapa secreto de los 63 pueblos donde se experimentan nuevos cultivos transgénicos

Amigos de la Tierra ha hecho pública la localización exacta de los campos donde se ha solicitado experimentar con cultivos transgénicos en España en 2010, unos datos hasta ahora secretos.

Son en total más de cien parcelas repartidas en 63 municipios donde multinacionales como Monsanto, Syngenta, Bayer o Pioneer tienen planeado realizar experimentos con maíz, remolacha y algodón transgénico para ver qué tal funcionan. Amigos de la Tierra considera que los agricultores, vecinos y ayuntamientos tienen derecho a conocer su localización exacta, aunque resulte imposible poder protegerse de una contaminación genética e invisible cada vez más generalizada.
Decían que iban a respetar los espacios protegidos, pero era mentira. Varios experimentos de Monsanto con maíces transgénicos se encuentran en la Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda, en Daimiel, mientras que Syngenta pretende probar fortuna con remolacha transgénica en una ZEPA (Zona Especial de Protección de Aves) de Castilla y León.
Según la asociación ecologista, España acoge el 42% de todos los experimentos con transgénicos al aire libre realizados en la Unión Europea en los últimos años. Dicho de otra manera, nuestro país se ha convertido en el campo de pruebas favorito de las multinacionales.
Hasta ahora la localización de los campos experimentales con transgénicos era confidencial. Pero una reciente sentencia del Tribunal Europeo de Justicia ha amparado el derecho a que esta información esté a disposición pública.
A continuación puedes ver un listado y un mapa de los municipios en los que se ha solicitado experimentar, el transgénico que se quiere cultivar y los datos para localizarlo (provincia, municipio, polígono y parcela). Si quieres situar la parcela exacta en un mapa, sólo tienes que introducir estos datos en el programa de identificación de parcelas agrícolas del Ministerio (SIGPAC)
Importante: El Ministerio facilita las parcelas propuestas inicialmente por las empresas, pero advierte de que luego suelen elegirse sólo algunas de ellas. Por lo tanto, lo que se recoge en este mapa son las previstas, no las finalmente utilizadas.
¿Aparece tu pueblo en la lista?
Además de estos ensayos experimentales, España sigue cultivando 76.000 hectáreas del maíz transgénico MON 810 de forma comercial, sin que tengamos posibilidad de saber dónde se cultivan ni dónde acaban. Otra razón más para que no me gusten los transgénicos. ¿Cuántas más hacen falta para poner fin a esta irresponsabilidad?
¿Hasta cuando vas a seguir ahí sentado sin hacer nada?
Vía 

sábado, 27 de noviembre de 2010

Maíz transgénico ilegal en México

·         Con la siembra de maíz transgénico en México se asesina la Ley y se atropella la Constitución, aseguran campesinos.
·         Suspensión a los permisos de siembra de maíz transgénico y un debate nacional, demandan con ofrenda de muertos. LEER +

martes, 23 de noviembre de 2010

Chile: el peligroso despliegue de los transgénicos

Vía Biodiversidad en América Latina y El Caribe

Pese a que en Chile sólo se permite la importación de semillas transgénicas con fines investigativos, ya existen laboratorios y empresas que están presionando para su apertura a los mercados
Presiones políticas, lobby e incluso ocultación de información son las principales tácticas que despliegan para conseguir luz verde, pero ¿cuáles son los verdaderos efectos en la salud y qué tan dañino puede ser si consumimos estos productos?
Según datos del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), en Chile, durante la temporada 2009-2010 se produjo un total de 24.768 hectáreas de semillas transgénicas principalmente de maíz, soya y raps. Recordemos que los transgénicos son todas las especies vegetales o animales que son adulterados genéticamente y que para su cultivo o mantención, se utilizan fuertes pesticidas.
Ante esto, distintas organizaciones de los ámbitos local e internacional alzan la voz para protestar y denunciar los severos efectos en la salud que trae el consumo de estas especies.
Según las palabras de uno de los principales opositores en el mundo en contra de los transgénicos, el genetista canadiense David Suzuki, quien sostiene que “cualquier persona que diga que los OGMs (Organismos Genéticamente Modificados) son perfectamente seguros, o es increíblemente estúpida o miente deliberadamente”. Suzuki basa su argumento crítico en los severos daños que pueden producir en nuestro sistema endocrino y cardiovascular el consumo de estos productos principalmente por su vinculación con pesticidas y herbicidas.
Para la nutricionista María Loreto Fernández, el principal riesgo que hay frente a los transgénicos es la poca información que existe sobre sus aportes nutritivos, lo que conduciría a un engaño a la población. “Si en el mercado nos ofrecen manzanas de muy buen aspecto físico, pero descubrimos que debido a su adulteración genética no contienen ningún tipo de nutrientes ni proteínas, estaríamos frente a un horrible engaño”.
Otro riesgo que está asociado al uso de los transgénicos es la falta de información y el correcto etiquetado de los productos. Según Cristián Sauvageot, representante de Chile sin Transgénicos sostiene que “hoy día estamos todos comiendo de otra manera organismos genéticamente modificados y no lo sabemos porque no existe un etiquetado correcto. A nivel mundial ya está instalado el debate y hoy día, afortunadamente, después de diez o veinte años de esta situación de opacidad, algunos países lo están exigiendo para que las personas sepan exactamente lo que están comiendo”.
Una opinión similar sostiene María Elena Rozas, coordinadora de la Red de Acción en Plaguicidas y sus alternativas para América (RAP-AL), quien argumenta que la desinformación que existe frente a los transgénicos es tan fuerte y la voluntad política para asumir esto es casi nula, lo cual hace muy difícil crear conciencia en la población sobre los nefastos efectos en la salud.
LOS DAÑOS TRANSGÉNICOS
A la hora de especificar los reales daños que podrían causar en la salud, un estudio de la International Journal of Biological Sciences sostiene con hechos diversos casos donde se ha logrado asociar al uso de transgénicos a problemas con la salud:
-Aparición de nuevas alergias por introducción de nuevas proteínas en los alimentos. En Estados Unidos en el conocido caso del “Maíz Starlink”, del año 2000, se encontraron en la cadena alimentaria trazas de un maíz transgénico no autorizado para consumo humano que provocó graves problemas de reacciones alérgicas.
-Resistencia a los antibióticos. Algunos transgénicos pueden transferir a las bacterias la resistencia a determinados antibióticos que se utilizan para luchar contra enfermedades tanto humanas como animales. En este caso, la Asociación de Médicos Británicos ha recomendó prohibir el uso de los genes en productos naturales.
-Nuevos tóxicos en los alimentos. El cultivo de semillas transgénicas va de la mano del uso de productos químicos en la agricultura, afectando tanto a los vegetales como la salud de la población.
-Disminución en la capacidad de fertilidad. Según un estudio hecho por el gobierno austriaco, la fertilidad de los ratones alimentados con maíz modificado genéticamente se vio seriamente dañada, con una descendencia menor que los ratones alimentados con maíz convencional.
A su vez, para la investigadora de la Universidad de Los Lagos, Sandra Ríos otras de las consecuencias de la siembra de transgénicos es que Chile perderá su status de isla ecológica con productos sanos, ya que no podrá garantizar cultivos libres de transgenia. “Significará la pérdida de credibilidad ante mercados internacionales para exportar productos sanos y en caso contrario, convertirse en una potencia de exportación de transgénicos”.
Desinformación, mal rotulado de etiquetas, contaminación ambiental, perjuicios para la salud, son algunos de los otros efectos asociados a la producción y comercialización de transgénicos, que merece ser discutido y conocido por toda la población antes de que uno o más de estos productos aterricen en su mesa.

viernes, 19 de noviembre de 2010

¿QUÉ HAY DE COMER HOY? La noche temática. Transgénicos

Coalición internacional de científicos advierte que la soja transgénica y su herbicida son perjudiciales para los seres humanos y el medio ambiente.

Una coalición internacional de nueve científicos ha publicado un informe en septiembre de este año, citando más de 100 estudios científicos, en el que advierte de los efectos adversos de los organismos modificados genéticamente (OMGs) de soja y el uso del herbicida roundup (glifosato) sobre el hombre y el medio ambiente.
El informe “Soja transgénica, ¿sostenible?, ¿responsable?”, recoge la investigación reciente sobre los efectos de 15 años del cultivo de soja transgénica en América del Norte y del Sur. Cita más de 100 estudios científicos y concluye que la soja roundup ready (resistente al herbicida del mismo nombre) afecta la salud de las personas y aumenta la resistencia de otras plantas al pesticida.
El glifosato es nocivo, mucho más de lo que se pensaba.
El glifosato es mucho más perjudicial de lo que se suponía que era, y se asocia con abortos involuntarios, malformaciones congénitas y cáncer en seres humanos, incluso a dosis más bajas de lo habitual en la agricultura. El profesor argentino Andrés Carrasco, co-autor del informe, mostró que el glifosato provoca malformaciones en los embriones de ranas y pollos. Señaló que los efectos son similares a los que se encuentran en los seres humanos en las áreas donde el glifosato se pulveriza. El informe va acompañado de los testimonios de las poblaciones rurales en los campos de soja.
Y ahora hago un cambio de tono, porque no me gusta el estilo periodístico oficialista que te hace perder el tiempo y que la atención se te vaya de los temas que son importantes a otros totalmente absurdos y divagantes.
Bienvenidos. Vamos a ver. El cultivo de alimentos transgénicos está prohibido en 10 países de la UE, en España aún no. Los principales alimentos transgénicos cultivados en el mundo son la soja y el maíz. Soja resistente a un herbicida-biocida (glifosato-roundup ready), y maíz que incluye un gen tóxico insecticida. En toda Europa todo alimento que contenga más de un 0´9% de contenido transgénico debe indicarlo en la etiqueta. Existen dudas de que se haga en todos los casos, porque el control es difícil en la práctica (aquí estaría bien la intervención de asociaciones de consumidores limpias). Si bien esa soja y el maíz no entrara en la cadena alimenticia humana mayoritariamente por consumo directo, si lo hace por consumo indirecto, pués la soja y el maíz forman parte de los piensos para la ganadería.
Actualmente la mayoría de los piensos que se utilizan en nuestro país contienen soja y maíz transgénico en una cantidad total aproximada de un 50%. En Francia, en donde el cultivo de transgénicos está prohibido, han aparecido iniciativas, en grandes supermercados en las que se etiqueta los productos de origen animal garantizando que han sido alimentados sin trangénicos.
Los ganaderos compran sus piensos a las empresas de piensos, estas a su vez compran a los mayoristas de los cereales, y los mayoristas de los cereales están en manos de unas pocas corporaciones, que según Engdahl (analista económico) están controladas por los mismos que controlan la política exterior de Estados Unidos. Barcos llenos de transgénicos procedentes de América del Norte y del Sur van dirigidos a la ganadería Española. Relacionemos: el estudio que cito en este artículo, está basado en más de 100 estudios científicos, durante 15 años de investigación de los efectos de los transgénicos cultivados en América del Norte y América del Sur.
Entre otros estudios recientes tenemos: En mayo de 2010, el estudio del biólogo ruso Alexey V. Surov que nos dice que la soja transgénica está relacionada con la esterilidad y alta mortalidad infantil (un 50% en la tercera generación) en hamsteres, así como todas las especulaciones sobre las apariciones de graves problemas de esterilidad en el ganado en diferentes partes del mundo, y el aumento de nacimientos de bebés con poco peso al nacer en Estados Unidos.
Todo esto es tan sólo lo más reciente, hay mucha investigación anteriormente en el mismo sentido. Sin embargo el grupo de presión de esas corporaciones no quiere soltar ese negocio, y falsifica los documentos internos y los estudios para verificarlos; monsanto, una empresa química, involucrada en la fabricación de armas químicas y pesticidas, que producía el roundup ready (el herbicida glifosato) se extendió hacia la agricultura cuando logró modificar genéticamente una planta que fuera resistente a ese potente pesticida.
Esta empresa ha comprado incluso a aquellas corporaciones que en décadas anteriores eran las que monopolizaban y hacían estrategias sucias en el negocio de los cereales. También es conocido que esta empresa ha financiado la campaña electoral de algunos presidentes de Estados Unidos, y que muchas personas que ocupan cargos directivos en esta empresa, han tomado altos cargos en el gobierno, entrando y saliendo de un puesto a otro varias veces, un fenómeno conocido como “puertas giratorias”. Por eso no es de extrañar que lo que dice Engdahl, de que son los mismos que controlan la política exterior norteamericana.
Los investigadores de los mercados dicen que en la década de los noventa, la industria de los pesticidas de Estados Unidos compró toda la industria de las semillas.
Pero los estudios que sacan a la luz las mentiras de los transgénicos aparecen por doquier a pesar de la presión de los lobbys militares-transgénicos. En realidad podemos decir que el lobby incluye muchas más industrias porque es conocido que quien estuvo detrás de la “revolución verde”, en realidad la revolución química de los años 70, es una gran familia financiera, de banqueros y que en siglos anteriores tuvo el 90% del negocio del petróleo.
Obviamente nosotros no vamos a dejar que se nos manipule de esa forma, ese tremendo intento de monopolio, sobretodo porque sus productos son perjudiciales para la salud como dicen miles de científicos. Y al contrario de acabar con el hambre en el mundo, la aumentan. Pues las empresas suben el precio de las semillas y los agricultores de los países pobres terminan por perder sus tierras. Además la entrada de millones de personas en pobreza extrema está relacionada con los préstamos financieros del Banco Mundial a esos países que les han obligado durante décadas a trabajar de otra forma para pagar las grandes duedas externas. Mientras los buitres del “lobby” se han ido quedando con los amplios recursos naturales de esos países. Esto todos lo sabemos. Así que no cuela lo de que ahora son los mayores filántropos, cuando es cada vez más conocido que lo que están buscando es la reducción de la población global, algo que coincide con los resultados de los estudios de Surov (la esterilidad) y tantos otros.
¿Mucha información de golpe? Vale tómate una pausa y asimila las siguientes propuestas que nos van a venir muy bien.
Algo por lo que podemos empezar es ayudar al extendimiento de la agricultura ecológica que certifica que no contiene transgénicos. Preguntando en tu zona local, interesándote por las diferentes iniciativas y cooperativas, etc. Intentando entre todos también que sea fácil económicamente para un mayor de personas acceder a esta alimentación más sana y de mayor calidad.
Otra es empezar a pedir a los supermercados y grandes superficies que pidan a sus proovedores que les sirvan alimentos libres de transgénicos. Para esto os tenéis que organizar, tomar parte activa, acudir a dónde haya más información, etc. También que los piensos que se utilizan con los animales estén libres de transgénicos. Para esto tiene que haber una gran demanda y presión. Y los piensos estarán libres de transgénicos, como ya están consiguiendo en otros países de Europa.
Estamos hablando de la alimentación, y de la genética, y nos estamos jugando entrar en una espiral destructiva tanto económicamente como genéticamente de las próximas generaciones. Está claro que las personas que tienen más dinero en este mundo, o que pueden influir en la educación y opinión de la gente a través de los medios, no están demostrando llevar el sistema a buen puerto, pues estamos al borde de la autodestrucción (hablando objetivamente) y nos han creado una crisis tremenda. Es hora de que se deje paso a otras ideas. Tú eres soberan@, tú decides en este mundo, no el pueblo, no somos pueblos, somos personas. Y somos personas con un planteamiento que les da mil vueltas al que tienen estos “políticos” en manos de entidades financieras y sociedades secretas dentro de las sociedades secretas. ¿Para eso tanto secreto? ¿Para llegar a este punto? Yo no vendería a mi país.
Así que a tomar parte activa. Os espero.
Haz el favor y difunde esta información masivamente. Que España no se quede atrás respecto a Europa en lo que la ciencia ya ha demostrado que es sumamente perjudicial.
Os dejo otro documental. En este caso televisado en Tve2: Alimentos transgénicos; son 6 videos, este es el primero:

Un documental muy bueno también para difundir es “El Mundo según monsanto”.
Si estás interesad@ en recibir los nuevos artículos de este blog, suscríbete en la parte superior a la derecha.
Un saludo, y muy buen día. Paz.
Fuentes:
La soja transgénica y el herbicida roundup son perjudiciales para los seres humanos y el medio ambiente.
Informe completo: Soja transgénica, ¿Sostenible?,¿Responsable?
La soja transgénica está relacionada con esterilidad, y mortalidad infantil en hamsteres. 

jueves, 18 de noviembre de 2010

Argentina. Antibióticos y cultivos transgénicos: Una amenaza a la Salud Publica


Vía Blog del Proyecto Lemu
Dr. Medardo Avila Vazquez 

Los antibióticos son unos de los instrumentos más útiles de la medicina. Nos permiten tratar con efectividad a las enfermedades infecciosas y hoy todos reconocemos sus ventajas. Sin embargo el uso intensivo genera presión ecológica sobre el ambiente bacteriano, la desaparición de bacterias sensibles a los antibióticos y el surgimiento de gérmenes con capacidad de sobrevivir en su presencia que generan infecciones más agresivas y peligrosas.

Este proceso, conocido como de “resistencia a los antibióticos”, es un tema de preocupación medica central en todo los ámbitos de la salud.

Por otro lado, la Industria Biotecnológica que sustenta el agronegocio mundial, produce semillas transgénicas a través de procesos de manipulación genética en los que, por microbombardeo de partículas, incorpora al genoma de algunas plantas genes específicos de utilidad para la producción agroindustrial. Pero para poder testear la efectividad de estas manipulaciones injerta también “genes marcadores”, es decir trocitos de ADN que generaran un efecto posible de detectar en el laboratorio. De esta manera se logra detectar, como ser, que un lote de ½ toneladas de maíz ha sido efectivamente modificado en un porcentaje mayor al 75% de sus semillas y puede ser comercializado como maíz transgénico.

El problema es que generalmente usa como marcadores a genes bacterianos de resistencia a antibióticos, ya que fácil y económicamente se pueden testear a través de técnicas bacteriológicas.

En forma incomprensible nos encontramos de pronto que miles y miles de hectáreas son cultivadas con semillas a las que se injertó los temibles genes de la resistencia a antibióticos, genes que pueden transmitirse por mecanismos de transferencia horizontal a otras bacterias y ocasionar la perdida de la efectividad en la mayoría de nuestros mejores antibióticos. Incluso en Alemania investigadores de la Universidad de Jena detectaron estos genes de resistencia a antibióticos en el polen de las patas de las abejas y en la miel producida por las mismas.

Alimentos transgénico conteniendo estos genes, en el intestino humano, entran en contacto con una gigantesca flora bacteriana donde ocurren fenómenos de transmisión de material genético ampliamente reconocido por los médicos.

Son intensos los esfuerzos de las Facultades de Medicina para inculcar en nuestros alumnos la utilización racional de medicamentos, sobre todo de antibióticos. Pero es muy desalentador reconocer que el 95% del cultivo de maíz, que cubrió 3.600.000 hectáreas de superficie argentina en la ultima campaña, tanto en las variedades de Monsanto, como de Sygenta o de Novartis contiene el gen de resistencia a penicilina y ampicilina; y que las 400.000 ha. sembradas de algodón transgénicos diseminan dos, no uno si no dos, genes de resistencia a antibióticos aminoglucócidos.

Estos antibióticos son de altísima utilidad para muchísimas enfermedades, como tuberculosis o infecciones invasivas intrahospitalarias, pero a través de este proceso se dilapida su capacidad biológica médica.

Las empresas farmacéuticas no consideran este efecto colateral sobre las herramientas de la medicina actual. Les queda abierta la posibilidad comercial de desarrollar nuevos antibióticos muchos más caros que acentuaran la inequidad sanitaria y aumentaran sus ganancias.

Esta verdadera amenaza a la salud pública solo es cuestionada en Europa; donde países como España, sumamente permeable al interés de la industria concentrada, son duramente cuestionados por permitir extensos cultivos que usan marcadores bacterianos en papas y tomates. En nuestro país la autoridad sanitaria sigue ausente en todos los temas que incluyen los efectos sanitarios de las malas prácticas ambientales que permite el estado nacional.

Existen otras técnicas para marcar la transgénia, seguramente más costosas y complejas; nuestro gobierno debe prohibir la utilización de estos genes de resistencia a antibióticos para resguardar la capacidad terapéutica de los mismos.

El Dr. Medardo Avila Vazquez es Coordinador de 1º Encuentro de Médicos de Pueblos Fumigados. Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Córdoba.
(especial para ARGENPRESS.info)

Organizan dialogo para análisis del maíz transgénico

Durante el taller con medios de comunicación titulado Maíz Transgénico: la coyuntura actual, la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), dieron a conocer datos acerca del que calificaron como graves evidencias acerca del riesgo que significa para la seguridad alimentaria de México y el mundo, así como para la soberanía nacional, la siembra de maíz transgénico.

Sustentando sus palabras en que cualquier región del territorio nacional, incluyendo las pruebas experimentales que, contraviniendo el orden jurídico, ha autorizado el gobierno mexicano a empresas transnacionales como Monsanto y Dow Agrosciencies no podrán controlar el esparcimiento de las semillas de este maíz. 
Antonio Serratos, miembro del Consejo Directivo de la UCCS, hizo un análisis técnico que revela que los permisos otorgados recientemente a las empresas biotecnológicas y semilleras son reiteraciones deficientes de experimentos diseñados hace 15 años y que en aquellos años sentaron las bases para establecer la moratoria de facto a los permisos para ensayos de campo con maíz transgénico. LEER +

lunes, 15 de noviembre de 2010

¿Se sirven transgénicos en los comedores escolares públicos de la Región de Murcia?

Fuente: Ecologistas en Acción

Ecologistas en Acción Región Murciana ha solicitado a la Direccion General de Promoción, Ordenación e Innovación Educativa, información

Ecologistas en Acción Región Murciana ha solicitado a la Direccion General de Promoción, Ordenación e Innovación Educativa, información sobre si en los comedores escolares de los centros públicos de enseñanaza de la Región de Murcia se sirven alimentos modificados genéticamente (OMGs) o derivados de éstos en los menús del alumnado
Ecologistas en Acción de la Región de Murcia se suma así a todas aquellas personas que trabajan en pro de una alimentación con las máximas garantías para los más pequeños. Conscientes de que el asunto de los transgénicos y su cultivo, pesea no estar prohibidos en nuestro país, es una cuestión controvertida, con un debate muy activo en toda la Unión Europea, en la que diez países han decidido prohibir su cultivo.
Investigaciones de varios científicos de la comisión de expertos de OMGs de la Unión Europea, y de diferentes universidades en todo el mundo, han encontrado evidencias claras de una relación entre el consumo de alimentos modificados genéticamente y determinados riesgos para la salud, como la posible afección a las funciones renales y hepáticas, desarrollo de alergias, cánceres, malformaciones congénitas, etc. (1 y 2).
Los Organismos Genéticamente Modificados (OGM), también conocidos como Transgénicos, son animales o plantas a los que se les ha introducido artificialmente en laboratorio un gen de otra especie (animal o vegetal), que de una manera natural jamás podría haber llegado a formar parte de ese animal o planta.
Actualmente, los únicos OGM que se cultivan con fines comerciales son plantas, aunque ya se está intentando abrir la puerta a la comercialización de animales modificados genéticamente, concretamente un salmón que crecería el doble de rápido que el salmón natural.
Los principales tipos de plantas transgénicas que actualmente se cultivan y comercializan son dos:
1.- Plantas Modificadas Genéticamente para Resistir un potente herbicida (comercializado por la misma marca que vende esa variedad)
2.- Plantas Modificadas Genéticamente para Producir su propio insecticida contra una determinada plaga.
Los cultivos mayoritarios de plantas modificadas genéticamente son la soja y el maíz, que son dos de los cultivos más extendidos a nivel mundial, y base de la alimentación de millones de personas en el mundo. También son dos de los componentes principales de los piensos que comen los animales destinados a consumo humano en los países ricos, entre ellos España.
Por ejemplo, la "Soja RR" que debe su nombre al herbicida Roundup Ready, se ha modificado genéticamente para soportar grandes cantidades de este herbicida, considerado el pesticida más tóxico del mercado.
Por otra parte las plantas de "Maíz Bt" han sido modificadas genéticamente para que produzcan en su interior la toxina Bt, que debe su nombre a la bacteria Bacillus Thuringiensis, generando así la planta transgénica un cristal de proteína letal para determinados insectos. Esta modificación pretende combatir la plaga del taladro.
Actualmente existen dos vías por las que el consumidor puede estar comiendo alimentos genéticamente modificados:
Consumo directo, cuando consume la soja o el maíz directamente a través de la leche de soja, semillas de soja, maíz cocido, palomitas, harina de maíz, etc.
Aunque la forma mayoritaria a través de la cual llegan los transgénicos a la dieta de los consumidores es la indirecta. Bien a través de los productos animales destinados a consumo humano (ya que la soja y el maíz forman parte de los piensos con los que mayoritariamente se alimentan a los animales destinados a consumo humano). Y también, y quizás la forma mayoritaria, en los productos elaborados: salsas, comida envasada, bollería industrial... Ya que buena parte de esos productos contienen derivados de la soja y/o del maíz en su composición, por lo que pueden contener soja o maíz transgénico.
A pesar de que existe una normativa sobre el etiquetado de los productos alimenticios que contienen OMGs, que obliga a indicar en la composición la presencia de transgénicos en el producto cuando contiene más de un 0'9% de OGM, la verdad es que existe muy poco control por parte de las autoridades sanitarias y agrícolas sobre el cumplimiento de dicha normativa.
La organización ecologista advierte que existe una amplia literatura científica que asocia la presencia de pesticidas y tóxicos en los cuerpos de los niños, aún a niveles muy bajos de concentración, con diversos problemas de salud que van desde el cáncer a alteraciones hormonales, pasando por otros que tienen que ver con el rendimiento escolar, tales como la alteración del equilibrio de la química cerebral que podría desembocar en problemas como el déficit de atención e hiperactividad (3 y 4). La ciencia demuestra que los cuerpos en desarrollo son menos capaces de eliminar esos tóxicos, y que son más susceptibles a acumularlos y sufrir alteraciones a causa de ello (5 y 6).
Por todo ello, Ecologistas en Acción ha querido informarse del tipo de alimentación que ofrecen los comedores escolares de los centros públicos de la Región de Murcia, y concretamente de la posible inclusión de alimentos transgénicos en las dietas infantiles.
Los ecologistas informan que, hoy por hoy, la única forma de asegurar que un alimento no es transgénico ni ha sido tratado con productos tóxicos de síntesis es que tenga el sello que certifica que es un alimento de producción ecológica. Este tipo de cultivos y animales, para poder ser comercializados con el sello ecológico, sufren una serie de análisis periódicos para evitar la presencia de determinados compuestos tóxicos y transgénicos, toda una garantía al consumidor, algo de lo que están exentos el resto de alimentos que llegan a nuestro mercado, cuyos controles son mucho más laxos.
Por ello, la organización recomienda a las instituciones públicas de la región de Murcia la elaboración de un menú sano para el alumnado, que no contenga alimentos transgénicos y que en lo posible incluya alimentos procedentes de la agricultura ecológica certificada, para asegurar un mejor desarrollo físico e intelectual.
En este sentido Ecologistas en Acción señala que este tipo de iniciativas ya se han puesto en marcha en otras comunidades autónomas, como es el caso del programa de la Junta de Andalucía "Alimentos Ecológicos para el Consumo Social en Andalucía" que promueve la alimentación saludable y ecológica. Fuera de España, hay iniciativas de mucho mayor alcance. En Italia, por ejemplo, hay leyes que obligan a introducir alimentos ecológicos en los menús escolares.
La Región de Murcia podría asumir perfectamente esta inclusión de alimentos ecológicos en los menús escolares, puesto que cuenta con un gran desarrollo de los cultivos ecológicos en su territorio. En 2009 se superaron las 60.000has de superficie cultivada en régimen ecológico (un 10% de la superficie agraria útil de la provincia), con unos 2.500 agricultores y unas 180 empresas (7), aunque actualmente la mayor parte se destina a la exportación a países de Europa. Se estima que en 2005 cerca del 80% de la producción española de productos ecológicos se exporta mayoritariamente a países de Europa, principalmente Alemania, Holanda, Francia y Reino Unido, en especial productos frescos (8).
El apoyo de este tipo de iniciativas sería un impulso para la agricultura ecológica local, con claros beneficios sociales y ambientales.

sábado, 13 de noviembre de 2010

El fracaso de BASF y de su transgénica patata ‘Amflora’

Las expectativas europeas depositadas en la patata transgénica, tanto por la empresa química alemana BASF como por la Unión Europea (UE), no parecen satisfacer ni a uno ni al otro.
Hace ahora más de tres años, que Amigos de la Tierra alertaba sobre la amenaza que para la agricultura tradicional suponía la introducción en nuestros campos de un nuevo transgénico, una patata  conocida como ‘Amflora’ que venía a sumarse a otros  productos anteriormente autorizados por la Unión Europea, como el maíz MON 810[1] y, quizá  el arroz LL62 [2]. Y añado el ‘quizá’ porque ignoro si el cultivo de este último ha sido aprobado por la UE.
La patata ‘Amflora’ es el primer cultivo modificado genéticamente (OMG) que  la UE autoriza, tras una acertada moratoria de diez años. Las presiones de Estados Unidos y de la industria europea han alcanzado finalmente su objetivo, quebrando las defensas de nuestros gobernantes, que  harían bien en pensar más en su responsabilidad hacia nosotros que en las prebendas empresariales que puedan recibir.  Y esto, en un momento en que las encuestas realizadas continúan poniendo en evidencia que la opinión pública europea está mayoritariamente en contra de los alimentos transgénicos,  los cuales percibe como innecesarios, éticamente discutibles y peligrosos para la salud.
De hecho, en la votación en el Consejo Europeo de Agricultura en julio de 2007, la patata transgénica no obtuvo el visto bueno de todos los paí ses miembros. Once estados miembros votaron en contra, seis se abstuvieron (entre ellos España) y el resto votó a favor. Sin embargo, la Comisión Europea anunció algunos meses después su intención de aprobar la patata transgénica para su cultivo en la UE, prescindiendo del rechazo generalizado de los ciudadanos hacia estos productos.
Entre los pocos ministros que en su momento apoyaron la aprobación se encontraba la anterior ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa. BASF llevaba intentando aprobar este cultivo desde 1996 y había llegado, incluso, a denunciar a la Comisión Europea ante los tribunales por no aprobar su producto. Información sobre  estas acciones judiciales, que cuestionan la gestión del comisionado Stavros Dimas, pueden todavía encontrarse en Internet (en inglés) en algún documento de empresa [3]. La nota de prensa de BASF suena particularmente amenazadora cuando afirma: “Los comisionados de la Unión Europea han aplazado la aprobación de Amflora a pesar de evaluaciones repetidas positivas de seguridad por EFSA, la Autoridad de Seguridad alimentaria europea. Aunque nosotros demos la bienvenida a algunos signos positivos por la Comisión y el Presidente Barroso, como su compromiso de basar sus decisiones sobre los productos genéticamente modificados puramente sobre la ciencia, no estamos preparados para aceptar más retrasos“, dijo el Doctor Stefan Marcinowski, miembro del Consejo de los Directores ejecutivos de BASF SE.
Desde hace más de una década el Estado español es el único estado miembro de la Unión Europea que cultiva transgénicos a gran escala. Y lo hace con una absoluta falta de transparencia y control. Nadie sabe dónde están las 76.000 hectáreas de maíz genéticamente modificado. Nadie evalúa sus daños, ni asume responsabilidades, mientras continúan contaminando nuestros campos y nuestros alimentos y ponen  en peligro los modelos de la agricultura tradicional.
¿Patata para uso industrial en nuestros platos?
Es cierto que, inicialmente esta patata no estaba destinada a la alimentación humana. Modificada genéticamente por el gigante de la industria quí mica BASF, para incrementar su contenido en amilopectina, su destino final había de ser la producción de almidón para fines industriales como la fabricación de papel.   Pero sus intenciones no eran inocentes, porque  en su solicitud de autorización también precisaba que “no se puede descartar que esta patata sea usada o termine apareciendo en la alimentación” (sic). Y buena prueba de que la empresa alemana albergaba intenciones de acabar introduciendo esta patata en la alimentación animal y humana es que tramitó al mismo tiempo  esta autorización ante la UE. Lo que significaba que, visto lo visto, pronto la tendríamos en el plato.
Una nueva amenaza para el medio ambiente y nuestra salud.
La patata ‘Amflora’ tiene el visto bueno de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA en sus siglas en inglés). Aunque dado el historial de esta agencia, sobre cuyas conclusiones apoyó BASF su denuncia ante la UE, su aprobación no es precisamente una garantí a de seguridad. ‘Amflora’ contiene genes de resistencia a antibióticos, que bajo la legislación europea, tendrí an que haber sido eliminados antes de diciembre de 2004.
Organizaciones como la Organización Mundial del Salud (OMS) o la Agencia Europea del Medicamento han afirmado que los antibióticos para los que esta patata incluye genes de resistencia tienen un “importante papel” en medicina. La propia EFSA reconoce que el cultivo de esta patata puede provocar la aparición de resistencia a antibióticos, pero argumenta que no supone un riesgo “relevante” para la salud humana o el medio ambiente.
Por otro lado, la evaluación de riesgos de esta patata no cumple los requisitos marcados por la legislación europea. No se estudió el impacto de la patata transgénica sobre el medio ambiente, y solo se hizo sobre la fauna circundante. Además, falta información básica sobre su seguridad para la salud. La EFSA, aunque favorable a su introducción, reconoce que los datos ofrecidos por BASF muestran muchas irregularidades, incluyendo toxicológicas que podrí an tener implicaciones serias en la seguridad alimentaria.
Pero además se ha ignorado el riesgo de contaminación. La patata se considera un cultivo de bajo riesgo en cuanto a contaminación por polen, pero es un cultivo de alto riesgo de contaminación debido a los tubérculos que quedan en el suelo tras la cosecha. Es prácticamente imposible recoger la totalidad de la producción, con lo que los tubérculos pueden crecer la temporada siguiente, contaminando la siguiente cosecha. Además, la experiencia con el maí z transgénico nos muestra cómo en la práctica la separación de las cosechas en recogida, almacenaje, transporte o procesado es una utopí a.
¿Qué sentido tiene seguir apostando por una agricultura transgénica?
Los cultivos transgénicos autorizados en Europa, como el del maíz, no han mostrado ventajas sustanciosas para los consumidores, ni tampoco han demostrado ser más productivos, además de haber generado multitud de casos de contaminación genética, y en especial en Cataluña. Continúan presentando riesgos imprevisibles para la salud y el medio ambiente. Ciertos estudios ya han demostrado que las prácticas agrí colas sostenibles como la agricultura ecológica estimulan más la economí a e incrementan la competitividad de la agricultura europea en mayor medida que la apuesta por los transgénicos. Además, no hay mercado para los OMG, ya que la opinión pública sigue mostrando un rechazo frontal, mientras crece la venta de productos ecológicos.
Fracasa la patata transgénica.
En marzo de 2010, la Comisión Europea terminó por aprobar el primer cultivo transgénico la patata ‘Amflora’ en la Unión Europea, tras doce años de moratoria general.
Asistimos pues, a partir de entonces, a su primera temporada de siembra. Pero su cosecha arroja un balance auténticamente desastroso. Rechazada por la opinión pública -y también por la industria-, gran parte de la recogida se ha visto contaminada o retenida. Además, su cultivo ha sido prohibido en Austria, Hungría y Luxemburgo, a lo que hay que añadir que  cinco  Gobierno europeos han emprendido acciones judiciales contra su aprobación.
Cultivadas 267 hectáreas repartidas por Suecia, Alemania y República Checa, los resultados de la plantación no han sido precisamente positivos. En concreto, en Suecia su cultivo se ha visto envuelto en un escándalo de contaminación por otra patata transgénica no autorizada, y por lo tanto ilegal, conocida como ‘Amadea’ [4]. Debido a esta contaminación, 16 de las 102 hectáreas cultivadas en Suecia tuvieron que ser destruidas.
No conocieron mejor suerte las quince hectáreas cultivadas en Alemania, que fueron retenidas por orden de las autoridades regionales hasta garantizar que estaban libres de contaminación por la patata transgénica ilegal [5]. Hasta la fecha de hoy continúan retenidas en un almacén del Gobierno Federal a la espera de nueva orden.
Además, la patata ‘Amflora’ ha conseguido el rechazo frontal de Gobiernos como Austria, Luxemburgo y Hungría, que han prohibido el cultivo en su territorio [6] y que, junto a los Gobiernos de Francia y Polonia, han llevado al Tribunal Europeo de Justicia la denuncia contra la aprobación de esta patata transgénica [7].
La industria europea del almidón también ha rechazado esta patata, para evitar problemas de contaminación y el rechazo de los consumidores. Además, saben que existen patatas convencionales disponibles en el mercado con el mismo contenido de almidón, lo que  ‘Amflora’ resulta innecesaria[8].
Un millón de firmas: iniciativa ciudadana europea en contra de los alimentos transgénicos.
La aprobación de la patata transgénica ha generado amplias protestas por toda Europa. Y también supone la aparición de la primera “iniciativa ciudadana” europea, acogiéndose a un principio recogido en el Tratado de Lisboa de la Unión Europea (EU), en diciembre de 2009, en virtud del cual un millón de ciudadanos europeos tienen la posibilidad de pedir formalmente a la Comisión Europea que adopte medidas legislativas para satisfacer sus demandas [9]. Una campaña montada por Avaaz.org y Greenpeace, en la que “Un ecologista en El Bierzo” también intervino activamente, permitió entonces recoger más de un millón de firmas en unos meses [10]. También   se desarrollaron numerosas protestas, destacando por su importancia las producidas en España [11], en Zaragoza (2009) y en Madrid (2010).
David Sánchez, responsable de agricultura y alimentación de Amigos de la Tierra afirmó: “El balance del primer año de cultivo de Amflora ha sido claramente desastroso, y debería servir para que la Comisión Europea y Gobiernos como el español se replanteen su apuesta por los transgénicos. Son innecesarios, no aportan ninguna ventaja, plantean demasiados riesgos y su cultivo por unos pocos genera enormes problemas para el resto de agricultores, la industria alimentaria y los consumidores.”
Un ecologista en El Bierzo.

(1). Miles de personas hacen oír su voz en Madrid contra los transgénicos.19/04/10. Ecobierzo/Unecologistaenelbierzo/
(3). BASF lleva el caso de Amflora ante el Tribunal de la Unión Europea (Plant Science takes Amflora case to EU Court). 24/07/08. Potatopro.com
Además, más de 40 organizaciones sociales, incluyendo varios grupos de Amigos de la Tierra, han llevado también a la Comisión Europea ante los tribunales: http://www.gmo-compass.org/eng/news/511.docu.html