Salvador López Arnal * / Entrevistas.- "Si gobierno y empresas están tan convencidos de las bondades y seguridad de los transgénicos, ¿por qué ese secretismo y falta de transparencia?”.
David Sánchez Carpio es licenciado en Ciencias Ambientales y Diplomado en Estudios Avanzados en Ecología y Medio Ambiente. Tenazmente y documentadamente involucrado en campañas contra transgénicos desde hace casi una década, es actualmente coordinador del área de agricultura y alimentación de Amigos de la Tierra.
Se ha señalado recientemente que la publicación de las actas de la Comisión Nacional de Bioseguridad pone de manifiesto la falta de rigor y el sesgo a favor de la industria de esta institución. Le pregunto primero por la Comisión. ¿Quiénes forman esa Comisión Nacional de Bioseguridad (CNB)?
Es una comisión formada por miembros de diversos Ministerios, representantes de casi todas las comunidades autónomas y algunos científicos. Son 46 miembros, de los cuales solo 7 están en calidad de científicos, todos del mismo ámbito de la biotecnología, que no pueden evaluar impactos tan complejos como los que implica la liberación de los transgénicos al medio ambiente y a la alimentación. No incluye ni ecólogos, ni edafólogos, ni expertos en agricultura ecológica, derecho, ingenieros agrónomos o pesticidas, por poner solo algunos ejemplos. Además, al venir todos del mismo ámbito, el de la biotecnología, una disciplina donde la investigación está impulsada principalmente por multinacionales, casi todos los miembros tienen demasiada vinculación con la industria a la que deben regular.
¿Por qué esas actas ponen de manifiesto la falta de rigor de la Comisión? ¿En qué sentido se habla de falta de rigor?
La lectura de las actas muestran como se toman las decisiones dentro de la CNB. Se permite una constante falta de información por parte de las multinacionales (Monsanto, Syngenta, Bayer, Pioneer) a la hora de realizar ensayos experimentales al aire libre, información tan sensible como efectos toxicológicos, o a veces incluso la misma localización de los ensayos. Y sin embargo la CNB lo permite. Las multinacionales, en sus peticiones a esta comisión, afirman que los transgénicos no suponen ningún riesgo o daño potencial. La CNB constata que estas afirmaciones se hacen sin ningún tipo de rigor ni datos que las respalden, pero lo único que les piden es que lo digan de otra manera o eliminen esas afirmaciones, no que las demuestren. Por poner solo algunos ejemplos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario